Despues de 1930, la gran mayoria de productos japoneses de dibujos animados sufre la clara influencia de Disney. Dicha influencia se lleva hasta el extremo en los dispendiosos filmes progapandisticos que ironicamente, en periodo de guerra, van justamente dirigidos en contra de los EEUU. La industria de la animación alemana se encontraba en una situación similar: dado que ya no se importaban las peliculas de Disney, que tanta popularidad habian adquirido desde antes de la guerra, se invertía en una industria nacional del dibujo animado, procurando poner la popularidad del medio al servicio de la propaganda. El inmenso exito de Mickey Mouse se hace evidente en el plagio directo del corto musical animado Home alone nice/ Nezumi no rusuban (Ikuo oishi, 1930) y tambien en la caricatura demonizadora del film con tintes propagandisticos Black cat banzai/Kuroneko banzai (Takao Nakano, 1933), donde un ejercito de monos se defiende de la invasión de una horda de furiosos ratones Mickey. Al parecer el transfondo historico es la negativa de los EEUU (de la sociedad de naciones) ha reconocer el gobierno titere de Manchukuo, creado por Japón en la Manchuria ocupada. La satanización de Mickey Mouse encuentra su maxima expresión en una animación donde la figura va sufriendo una deformación senil para terminar exfumandose en el aire. El personaje de Popeye de Max Fleischer tampoco se libra de encarnar a una nube enemiga en el cine del anime; no hay más que ver Aerial Ace/ Sora no araguashi (Noburo Ofuji, 1938). Un intrepido avión que porta la bandera del sol naciente se atreve con un nube con forma de Popeye que incluso tiene los rasgos faciales de Stalin.
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